viernes, 13 de noviembre de 2009

Miedos, contratos y sms

Si este sitio iba a estar hiper vinculado desde el mejor blog del alumnado ditelliano había que mejorar el último post. Era demasiado violento.
Por eso lo de hoy es un poco más romántico, innovador y educativo.
El tema a tratar es un poco lo que vimos en Economía y Derecho hoy pero voy a tratar de explicarlo de la mejor y más simple forma. (Así que por favor no salgan corriendo no se asusten, es simple y copado)
Por un lado, un poco de historia. En la Argentina, actualmente hay más de 40 millones de lineas de celulares. En el año 2007 el día del amigo se enviaron 800 millones de sms! Que igual si nos ponemos a pensar, no es tanto, cada linea envió unos 20 mensajes de texto en el día. Para una jornada tan marketinera... Pero en fin. No pude encontrar mucha más información en Internet con respecto al tema, se ve que las megacorporaciones quieren que todo permanezca oculto o yo soy medio pajero y no me tomé el tiempo suficiente de investigación.
No es necesario hacer mucho hincapie en google para tener una idea que esto de los mensajitos de texto recién arrancó por el 2002. A partir de ahí fue el auge. Entonces, me puedo considerar un afortunado y privilegiado al ser parte de una generación que gozó y sufrió con los mensajitos del celular.
Invitaciones a salir, desplantes amorosos, respuestas agresivas y el nunca hubo respuesta.
Acá es donde entra la otra parte del análisis, con los SMS se desarrolló una nueva forma de salvataje nocturno. El famoso mensaje de la madrugada. La noche viene mal, el boliche aburre, el alcohol se mantiene en la sangre, la sangre fluye, va a parar a donde todos sabemos y ahi es cuando nuestro cerebelo envía información crucial a los dedos sobre que debe ser tipeado.
No es necesario tener que imaginar a nuestros padres, se imaginan a ese tío o primo medio grande, de 35 años, cuando él tenía 19? No pudo gozar del "llamado de emergencia!!!! (que poco y nada tiene que ver con el tema de reaggeton). Traten de calcular la cantidad de saliste o salis? que nunca pudo preguntar!!
Entonces!!! Tenemos el mensajito de texto y la noche empieza. Hay dos resultados posibles. Ganar una chica, enamorarnos y ser felices, o rebotar y volver solos y deprimidos a casa. El primer caso (G) nos da la felicidad máxima, el segundo caso (P) nos hunde en la más nefasta y oscura desolación. Ahora vamos a agregar el tercer ingrediente de la torta, el asquerosamente denominado Chongo (que palabra repulsiva si las hay!)
Revolvamos un poco y nos queda así: La noche puede terminar en G o en P. Por otro lado tenemos el enviado del cielo, el mensajito de texto, y en la otra punta el/la chongo/a.
La gran mayoría de las personas civilizadas y decentes de esta sociedad sufren con la incertidumbre, detestan no saber si van a caer en G o en P, por eso acá es donde milagrosamente surge el contrato. El querido seguro!!! La definición que nos dieron hoy de contrato fue la siguiente (espero haberla anotado bien y no hacer papelones): "Contrato es una tecnología de compromiso que impide conductas oportunistas". Y si, apareció la palabra tecnología, apareció el SMS, y aunque todos sabemos que es preferible G antes que el chongo, porque este no es tan lindo, no lo queremos tanto o simplemente vive muy lejos, también sabemos que lo preferimos antes que a P. En consecuencia y para terminar, preferimos firmar el empate dado que nos asusta el no saber como vamos a terminar a las 5 am (somos aversos al riesgo).
Justo esto lo vengo a escribir un viernes a las 10 de la noche. No tengo pensado mandar muchos salis? desde mi celular pero por lo menos se que si hoy termino en P en casa me espera una de las mejores series de televisión.

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