miércoles, 20 de marzo de 2013

Jorge Drexler, Jim Carrey, Freud y más.

Todo tiempo pasado es peor, no hay tiempo perdido peor, que el perdido en añorar. Jorge Drexler.


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La memoria, los recuerdos, las imágenes.
Todo lo que quedó en el pasado, quedó sujeto a la subjetividad.

Ningún recuerdo es del todo objetivo. Nuestra mente nos hace truquitos y nos borra, colorea y destiñe las memorias pasadas.

Pero naturalmente lo que sucede con el cuerpo tiene una razón de ser. Desde un punto de vista Freudiano, son impulsos de vida y muerte. Se podría decir que, si primordialmente tuviésemos presente los feos recuerdos, predominarían los impulsos de muerte. Mientras que cuando estos quedan resguardados en el inconciente y solo brilla lo bello, son los impulsos de vida los que florecen.

El mejor ejemplo está en los sobrevivientes a tragedias, guerras y demás catástrofes. Aquellos a los que su mente les esconde las feas vivencias son los que pueden seguir adelante. Mientras que los que no logran olvidar no suelen ser capaces de avanzar.


Viendo un unitario futurista (no tan distante) donde la idea es que las personas pueden almacenar todo lo captado por sus ojos y luego tal disco duro, volver a visualizar estos recuerdos a la perfección. Tal como fueron presenciados.



Esto va en contraposición a la idea en, la ya clásica película de cable de Jim Carrey, Eternal Sunshine of the Spotless Mind



En esta historia, la trama pasa por justamente poder borrar los recuerdos, no almacenarlos.
Evitar así lo que serían imágenes dolorosas, pero obviamente, mientras transcurre la acción, el protagonista intenta detener este proceso de wipe out.

Entonces, en qué quedamos? Qué sería mejor si pudiésemos elegir?

Borrar nuestros recuerdos? Grabarlos a la perfección sin capacidad de subjetividades impuestas por la mente? Mantenernos tal como estamos, sujetos a las crueldades o benevolencias de nuestra cabeza?


Imaginemos un mundo donde todo queda grabado a la perfección. Algo así como un TVR universal, para todos y todas.
De esta manera, evitaríamos las idealizaciones del pasado. No más vueltas entre parejas que ya olvidaron el por qué inicial de no ser más pareja. No más verte con esos amigos que en realidad no llamas más amigos. No más ir a ese lugar que no solías disfrutar.
Todo el tiempo nos pasa de volver atras con objetos y personas porque nuestros recuerdos son tergiversados.

Lo que termina sucediendo es que perdemos nuestra propia credibilidad o creencia. No recordamos por qué dejamos de hacer algo o ver a alguien. Creemos haber estado previamente equivocados.

Si tuviésemos la capacidad de almacenar todos nuestros recuerdos y repetirlos con nitidez y exactitud  no deberíamos estar atrapados en la red de la subjetividad.
Podríamos estar en un caso de Verdad Absoluta.

Por otro lado, también quedaríamos expuestos a lo previamente llamado Impulsos de Muerte. Si pudiésemos recordar con facilidad y claridad ciertos momentos e imágenes tristes, duros, malos o feos, entonces podríamos llegar a quedar estancados sin avanzar en la vida.

Un dato de color para agregar al final: Hay un clásico estudio de manual de Marketing y Comportamiento del Consumidor, donde se resalta la importancia para definir a una experiencia como buena o mala, por lo sucedido en los últimos momentos. Si uno la pasó bárbaro en un viaje, evento o situación pero sobre el final algo afectó negativamente esa experiencia, es muy probable que ese último hecho genere una sensación final de que todo fue una mierda.

Qué pasaría con esto si pudiésemos grabar y reproducir esa experiencia con exactitud?
El caso de estudio se desmoronaría.



Mientras tanto, el futuro no llegó. No podemos borrar ni almacenar la memoria. Son solo nuestros recuerdos subjetivos los que podemos mantener.

'Cause we are only humans canta por ahí con tono agudo - o eso creo - Jason Mraz.






Los videos de canciones previamente citadas:



lunes, 4 de marzo de 2013

La autocrítica y las conferencias de prensa.

En mi opinión, en la Argentina la autocrítica escasea.
Desde el día a día en la calle hasta las altas esferas del poder, son pocos los que realizan una autocrítica.

Cuesta encontrar situaciones donde alguien salga a decir que se equivocó, que el otro tenía razón o que es mejor... Por el contrario, se busca eludir responsabilidades a partir de excusas.
En ese sentido, se podría decir que nos estamos transformando en poderosos argumentadores de nuestra visión.

No solo carecemos de la capacidad de aceptar que nos equivocamos, si no que a su vez, solemos evitar los espacios donde se dan a lugar esas autocríticas: Las conferencias de prensa.


Por el bien de la salud, vamos a casos conocidos y poco relevantes.

En Boca, los últimos entrenadores no fueron de realizar conferencias de prensa cuando el equipo andaba mal.
El Coco Basile con su mítico Silenzio Stampa. Falcioni que si hablaba con los periodistas lo realizaba en la puerta del vestuario y a las apuradas.

Tan difícil es admitir equivocarse?

Dos videos. Dos tipos de espalda ancha. Dos actitudes ante la derrota.

El Diego post aplastante 0-4 con Alemania y su incapacidad a admitir un mal planteo de partido.
Bianchi post aplastante 1-3 con Union de Santa Fe en la Bombonera.


Uno que admite la superioridad absoluta del rival. Otro que busca gambetear respuestas.