jueves, 30 de julio de 2009

Sexo, drogas y..... economía

Claramente, un gran slogan de mi vida adolescente universitaria.
Aquí un pequeño trabajo acerca de los servicios públicos (taxis,subtes y colectivos) y las monedas.
Claramente, todos valoramos muchísimo más dos monedas de un peso a un billete del mismo valor.
Imaginen que tienen un billete de 20 pesos y nada más (vamos, no quiero caras de eee ojala tuviera uno de esos en la billetera, porque no me la creo). Es un sábado a la noche y deseperadamente tienen que ir a buscar al amor de sus vidas, que los/as está esperando en casa, tranquilo/a mirando una peli.
Se acercan al primer quiosco que encuentran, sedientos más que nada, de todas las moneditas que esa personita tiene. Toman un chicle y una coca, o coca light, dependiendo de los gustos, abren la billetera y empiezan a preparar la mejor cara posible. La mueca que se curva en los labios, una incipiente arqueada de ceja, los ojos que se focalizan en la billetera, los dedos que hacen que buscan más billetes pero encuentran uno solo, el cuello que lentamente nos eleva el rostro que queda expuesta a la del Sr. Kiosquero, que a esta altura ya sabe lo que está por venir, un suspiro y ahora sí, tu cara termina de realizarse en la expresión manifiesta del: " Uuhh perdoname, pero no sabes el billete grande que tengo para darte y no tengo nada de cambio". A lo que el Sr Kiosquero te dice: -No pibe, no tengo cambio, andate"
Esta situación puede ocurrirte en aproximadamente todos los quioscos que haya en un radio de 20 km.
Entonces acá se generan los primeros incentivos económicos a investigar. Uno tiene que hacer que la compra en el quiosco sea mayor, pero tampoco vamos a gastar 14$ porque para eso nos tomamos un taxi y llegamos a destino más rápido y más cómodos.
Es por esto que el primer condicionante marca, que el gasto en el quiosco más el boleto de colectivo tiene que ser menor al viaje en el taxi (teniendo en cuenta que por dos pesos más o menos vamos a decidirnos por el taxi que es mas cómodo y rápido). Taxi>Quiosco+colectivo+v donde v representa el precio que cada uno da a la comodidad y la rapidez que nos da el taxi.
El lado que sea más grande (es decir, más caro) será el perdedor.
La primer conclusión: La falta de monedas, incrementa, aunque sea indirectamente, la demanda de taxis.
Ahora, ante la falta de monedas, tenemos un aliado en el transporte público y barato. El subte. Podemos ir con nuestro billetito de 20$ a la boletería y es muy probable que lo acepten. Compremos el boleto de ida y vuelta, nos salga 2.20 y pagemos con el billetito, recibiendo el cambio justo, y además ahorrandonos el gesto facial que realizabamos en los quioscos.
Ahora el problema surge con que la gran mayoría de la Ciudad de Buenos Aires no se encuentra cercana a las lineas de los subtes. Estamos muy limitados en ese sentido.
Entonces, claramente, querido ex presidente de todos los bosteros: No gaste más en plazoletas, parques majestuosos y esquinas para que los restoranes superfashions pongan más mesas y menos mozos.
La solución está en los subtes. Uno no se vuelve tan loco por las monedas (por lo menos no tanto como con el colectivo). Rapidos, no contaminan y liberan el transito para los de arriba.

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