martes, 20 de julio de 2010

Economics friendly

Un amigo me decía, que es de poco inteligente ir a comer a un restorán hoy, valga la redundancia, en el día del amigo.
Comparto su opinión. Ahora, por qué a pesar de esto los restoranes se siguen llenando? Por qué todo lugar gastronómico se ve desbordado en esta fecha?
Es porque la cantidad de amigos supera la capacidad de cualquier hogar para albergarlos a todos? Es por la carencia de dotes culinarios para poder satisfacer la barriga de tantos invitados? Es por la vagancia de tener que lavar los platos?
Podría ser alguna de estas. Pero igual no es razón suficiente para que no haya una puta mesa en ningún lugar. No es razón suficiente para que desde hace tres días que uno no pueda reservar en casi ningún restaurante.
Saben qué. Podría ser muchísimo peor. De veras.
Este es un perfecto caso donde la demanda iguala a la oferta. A simple vista pareciese que no, pero sí lo hace.
Tanto mi amigo como yo, no estamos dispuestos a ir a comer afuera y preferimos juntarnos en la casa de alguno. Es decir, a los precios dados, nosotros somos la parte de la demanda que se queda sin la torta. No estamos dispuestos a someternos a todo lo que significa comer en un restaurante esta noche, lo equivalente al precio.
Si fuésemos amantes de lo superfashion, si necesitásemos ir a comer a un lugar porque nuestro ego lo demandase, entonces sí. Ahí si que todos los que hoy van a comer afuera estarían en un gran problema. El precio (no en el sentido literal de la palabra) subiría aún más y ahí si que te quiero ver.
Por eso hoy cuando estés comiendo tranquilito en alguna mesa de algún lugar, acordate de nosotros. Los que permitimos que vos estés ahí saboreando ese jugoso plato y no tengas que pasar frío afuera en una cola indigna.
Así que hoy, no brindes por tus amigos, brindá por nosotros.

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