sábado, 31 de julio de 2010

Acá si que no la chupan.

En este país, donde nuestro director técnico de la selección de fútbol rompe en llanto desconsolado, abrazado a su hija, luego de la eliminación de la Copa Mundial, y donde luego se habla de duelo, de traiciones y desamores tal como si se estuviese haciendo referencia a una lucha revolucionaria por la independencia misma.
Mejor, que vean lo que pasa en otros países, donde realmente es para llorar por horas luego de una eliminación, sabiendo lo que te espera en casa, nada que pueda asemejarse a lo que ningún jugador argentino jamás pueda llegar a experimentar ....por suerte.
"En un palco nada improvisado, los jugadores que integraron el seleccionado que perdió todos los partidos durante el Mundial, fueron blanco de los insultos, de los reproches, de las bajezas de unos 400 supuestos fanáticos (funcionarios, oficiales y estudiantes, en su mayoría), parados del otro lado del atrio. Escupitajos, proyectiles durante más de seis horas. Y los entusiastas jugadores -casi todos, amateurs- parados, inmunes, reprimiendo el deseo de contrarrestar tanta cobardía organizada. Hay más: Ri Dong Kyu, el relator de la TV pública, desde el atril, era el satisfecho encargado de destacar los desatinos de cada jugador, como si fuese un experto. (...) El entrenador, siempre vigilado de cerca por un ejército de guardaespaldas, celosamente controlado en cada intervención pública (qué decía y. cómo lo decía) en los ensayos, y luego de cada golpiza deportiva, fue destinado a trabajos forzados."


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