Decir Mamá.
Decir, como decirlo, lo podemos hacer en diversas oportunidades. Son muchos los contextos y significados que se le aplican a la palabra.
Pero hay uno que es unívoco, universal y único.
Sí: Mamá.
Decir mamá cuando avisamos que llegamos a casa; cuando avisamos que salimos de casa; cuando se corta el agua de la ducha y desbordamos de shampoo; cuando le queremos contar la nota de un examen; cuando aprobamos; cuando no aprobamos; cuando tenemos frío; cuando tenemos calor; cuando conseguimos ese trabajo que tanto deseábamos; cuando no lo conseguimos; cuando nos metimos en quilombos; cuando zafamos de los quilombos; cuando aparece un bicho en el piso; cuando matamos al bicho; cuando queremos saber cuanto le falta para terminar de cambiarse; cuando se corta la luz; cuando queremos saber cuanto falta para comer; cuando no encontramos algo; cuando encontramos algo; cuando no queremos que se pierda lo que están mostrando en la tele; cuando nos pasa algo lindo; cuando nos pasa algo feo; cuando nos enfermamos; cuando sentimos que nos estamos por enfermar; cuando no hay mas Coca en la heladera; cuando no hay nada para comer; cuando estamos peleados con alguien y se lo queremos contar; cuando estamos peleados con alguien y no se lo queremos contar, pero ella se da cuenta igual; cuando nos enojamos; cuando estamos contentos; cuando estamos tristes; cuando necesitamos algo; cuando no necesitamos nada; cuando no nos sale la tarea; cuando nos salió la tarea; cuando queremos faltar al cole; cuando queremos que nos pase a buscar por el cole; cuando nos casamos; cuando nos separamos; cuando ganamos; cuando perdemos.
Son incontables las veces que la llamamos por su nombre para decirle algo.
El martes 26 de noviembre se cumplieron tres años desde la última vez que la llame en voz alta.
Pero aunque sea por lo bajo, nunca hay que dejar de llamarla.
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