En ambos casos, llegaron a estar cerca de lograr la escapatoria. Axel estuvo tocando la puerta de una casa, pero no le quisieron abrir. Eran las 4 de la mañana y supusieron que eran chorros.
Matias, parece que quiso subirse a un remís, pero el conductor no lo dejó, pensando que quería robarle.
Supongo que es más frecuente, que bajo pretexto del socorro, alguien sea asaltado (en este caso el pretexto era falso), que ocurra el caso contrario.
Desde el 7mo arte, dos clásicos nos incentivan -uno local y otro de Hollywood- a nunca abrir la puerta.
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